La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha ganado mucha importancia internacional en los últimos años. Su definición, por ejemplo la que encontramos en la Wikipedia, es: “La responsabilidad social corporativa consiste en la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, generalmente con el objetivo de mejorar su situación competitiva y valorativa y su valor añadido. El sistema de evaluación de desempeño conjunto de la organización en estas áreas es conocido como el triple resultado.”
La Responsabilidad Social Corporativa, aparte de ser un tema de actualidad, creo que se le debe prestar más atención, porque ya estamos empezando a padecer las consecuencias de que en el pasado las empresas (y las personas en general) no fueran socialmente responsables. Como por ejemplo, en lo relacionado con el medioambiente, sufrimos el calentamiento global, la contaminación y la degradación ambiental.
Esta responsabilidad debe apoyar el respeto por la ética, las personas, las comunidades, además del medioambiente.
Desde mi punto de vista, todas las empresas deberían invertir parte de sus recursos en mejorar la situación y el bienestar de todos. Los consumidores se han sensibilizado con este tema, lo que hará que cada día sea más valorada en las empresas esta responsabilidad, y esto puede llevar a la empresa a alcanzar el beneficio, beneficio que es importantísimo para que una organización pueda continuar prestando su servicio.
La responsabilidad social mejora la imagen de la marca en el mercado y logra mayor identidad y sentido de pertenencia de sus colaboradores, lo que hace que se convierta en una buena decisión, no solo en el corto plazo, sino también de cara al futuro.
Según dice Joel Bakan: “La responsabilidad social de una empresa termina en donde se empiezan a afectar los intereses de los accionistas. Sobredimensionarla y pensar que va más allá de eso, es un error.” Este autor, como muchas otras personas, piensa que la RSC es una falsa de las empresas, y es que la mayoría de empresas no toman este tema con la seriedad que merece o no le prestan la suficiente atención. Esto puede deberse a que año tras año hay numerosos ejemplos de empresas que obtienen muy buenos rendimientos sin prestar la adecuada atención a los intereses de terceros que se relacionan con la empresa. Aunque ya ha habido un gran cambio del modelo productivo de algunas empresas, que implica un compromiso social de estas empresas con cuestiones que preocupan a la ciudadanía como son el medio ambiente, la sanidad o la educación, algo que es muy positivo.
En definitiva, aunque sea una decisión voluntaria, todas las empresas deberían ser responsables socialmente, no solo por la posibilidad de ver incrementados sus beneficios al crear una buena imagen o por la satisfacción de los intereses de terceros, sino porque los mismos empresarios son miembros de esta sociedad y deben pensar en su futuro y en el de las generaciones futuras. Deberían hacer todo lo que este en sus manos por la construcción de un mejor país, por la construcción de empresas eficientes, por el medio ambiente, por sus hijos y por muchas razones más.
